Y sigo con Oporto... Este es el Mercado de las Flores.
Sorprendente, impactante, pero no por lo que a priori se pueda pensar. Es impactante porque todo él está en situación de derribo, destartalado y apuntalado. Ni siquiera es grande, bueno comparado con otras ciudades principales de Europa, quiero decir.
Pero quizá ahí radica las ganas de verlo y recorrerlo. Hacía mucho, mucho tiempo que no veía animales vivos vendiéndose en un mercado de alimentación como es este: gallinas, conejos y etcéteras esperaban dentro de jaulas a que los comprasen.
Y te reafirmas en en sistema sanitario español y te das cuenta una vez más de que no estamos atrás de otros países en esta materia, todo lo contrario.
No obstante y pese a todo lo negativo, me gustó la alegría de la gente, de los vendedores de las paradas quiero decir porque llegamos tarde y ya casi no había público. Estaban recogiendo. Y entonces vimos un pequeño bar dentro del propio mercado, donde ofrecían pescado fresco del día de los propios puestos. Y nos sedujo quedarnos a picar algo. Unas cervezas y unas sardinas frescas que tuvimos que consumir levantando los píes porque nos llegaba el agua de las mangueras de limpieza, ja,ja,ja!
Pero me gustó, repetiría de nuevo. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto comiendo unas sardinas!
He dicho ya antes que de ser posible volveré a Oporto?
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